Esta vez el destino nos dio la oportunidad de acompañar a Paula y Dan en el día más especial en su etapa como pareja, el día de su boda. Tenían las ideas muy claras. Celebrar su boda rodeados de su familia y amigos. Fue duro, ya que en ese momento la situación estaba complicada para viajar y la misma semana de la boda recibieron alguna que otra mala noticia para ellos. Eso no hizo que perdieran su ilusión, siguieron adelante con mucha fuerza.
Muchos detalles personalizados y organizados con cariño y mucha ilusión para que todo estuviese perfecto. Decoración, flores, papelería, regalos a invitados, sorpresas, etc…Querían un día especial y lo lograron.
Fotos de Graciela Vilagudin
¡¡¡El día llegó y fue maravilloso!!!
Los dos se prepararon en el pazo, por un lado la vitalidad y el divertido carácter de Dan y su familia y por otro la dulzura y serenidad de Paula con la suya, hicieron que nuestro trabajo estuviera acompañado de risas y alegría desde primera hora de la mañana.
Fotos de Graciela Vilagudin
La ceremonia, sencilla, elegante y familiar sacó la lagrimilla a más de uno. No era difícil con la ilusión que todos tenían de que este día hubiese llegado.
Disfrutaron muchísimo del momento aperitivo. Charlaron, brindaron y saborearon los estupendos platitos que nuestros compañeros de Casa Solla preparan con tanto esmero. Ver cómo los peques de la boda jugaban y corrían por los jardines del pazo y los adultos se relajaban con conversaciones alrededor de una mesa o tumbados tranquilamente en el césped nos hizo alegrarnos mucho.
Fotos de Graciela Vilagudin
Qué contaros del momento comida…¡¡ Fue impresionante!! Lo mejor… ¡¡El discurso de Dan!! No podíamos parar de reír y al mismo tiempo emocionarnos por el cariño que puso en cada palabra hacia sus invitados y, sobre todo, hacia Paula. ¡¡Fue precioso!!
Llegó el baile nupcial y volvimos a ver brillar la elegancia, dulzura y conexión que esta pareja transmite. Habían ensayado, damos fe de ello, pero ese día ¡¡¡¡superaron todas las expectativas!!!!
Fotos de Graciela Vilagudin
Bailaron y cantaron, disfrutaron de los cócteles y las copas, de una maravillosa mesa dulce, se hicieron mil y una fotos y aprovecharon al máximo cada hora de fiesta. Fue un broche final perfecto para un día lleno de nervios, emociones, alegrías y sorpresas.
Fotos de Graciela Vilagudin
Desde el momento en que entraron por la puerta del pazo se notó el gran amor y respeto que se procesan. Son pura magia y siempre se quedarán en nuestro recuerdo por el inmenso placer que fue ayudarles a preparar cada detalle. ¡¡¡¡Sed muy felices!!!!